Monday, September 12, 2011

Revelan 31 años después quién mató a monseñor Romero en El Salvador

Por Julio Algarañaaz
Tomado de Diario Clarin

Recién después de 31 años del martirio del arzobispo salvadoreño Arnulfo Romero, se ha revelado que su asesino fue un suboficial de la disuelta Guardia Nacional , llamado Marino Samayor Acosta. El vespertino salvadoreño CoLatino hizo el anuncio y publicó una foto del sicario pagado para matar a “San Romero de América”, como llaman al Siervo de Dios, en proceso de beatificación, martirizado por su lucha en defensa de los pobres, los derechos humanos y contra la dictadura militar de extrema derecha en El Salvador, el 24 de marzo de 1980.
El espeso velo de impunidad de los instigadores que pagaron al sicario, sigue vigente hasta hoy. El diario CoLatino escribió: “Treinta y un años después, ante la falta de acciones judiciales para esclarecer el magnicidio en su totalidad, aunque había nombres de algunos de los autores intelectuales, la identificación del tirador seguía siendo un misterio”.
El subsargento Samayor Acosta se desempeñaba en aquella época como miembro del equipo de seguridad del presidente salvadoreño coronel Arturo Armando Molina.
Los nombres más o menos escondidos detrás del asesinato pertenecen a las más altas esferas de la época y pese a que tantos años pasaron, siguen sin ser castigados. El hijo del presidente, Mario Molina, fue el que puso a disposición de los conspiradores del crimen al encargado de disparar contra monseñor Romero.
El principal instigador acusado fue el mayor Roberto D’Abuisson, ya fallecido. El presidente Molina pertenecía al partido Arena del mayor D’Abuisson, promotor de los tenebrosos escuadrones de la muerte.
La guerra civil salvadoreña costó 50 mil muertos , miles de desaparecidos y masacres colectivas. Los acuerdos de paz se firmaron hace veinte años.
En los procesos judiciales que se abrieron están las confesiones de Antonio Garay Reyes, el chofer del automóvil que llevó a Samayor Acosta hasta la pequeña capilla donde el arzobispo celebraba una misa.
Monseñor Romero estaba consagrando la hostia con los brazos levantados, cuando el suboficial le disparó con un fusil suizo calibre punto 219. El proyectil dio en el pecho del mártir y lo mató en el acto. El arzobispo cayó a los pies del altar, en medio de los gritos de un grupo de monjas y los fieles reunidos en la misa.
Antonio Garay Reyes contó que con Samayor Acosta (nacido el 8 de octubre de 1949), sentado a su lado en el coche, habían partido de la casa del empresario Roberto Daglio, en cuya residencia se planificó el asesinato del primado de la Iglesia salvadoreña.
Otros “operativos” en la barbarie fueron el capitán Eduardo Avila Avila, propietario del fusil suizo que disparó el sicario, y que fue asesinado en 1994. También reconoció sus responsabilidades el capitán Alvaro Rafael Savaria, en una confesión a la justicia que data de 2006.
Otros militares y personajes salvadoreños también participaron en la conspiración contra “el obispo comunista y subversivo”.
Monseñor Romero, que era de origen más bien conservador, simpatizante del Opus Dei, se rebeló a la dictadura salvadoreña y la represión sangrienta de los militares. Fue acusado de vecindad con la Teología de la Liberación. El Papa Juan Pablo II no lo ayudó. Al contrario: en la última audiencia que le dio en el Vaticano le reprochó una actitud demasiado rígida con el régimen salvadoreño y poco dura con los guerrilleros. Años después rezó ante su tumba.
Hay muchos testimonios de cuánto quedó descorazonado monseñor Romero, pero volvió a su patria y continuó con su acción evangélica. En realidad las reflexiones sobre la Teología de la Liberación que más admiraba eran del argentino Eduardo Pironio, un progresista moderado. En la biblioteca del arzobispo se encontraron los libros de Pironio, que fue “ministro” del Papa para los Laicos, en el Vaticano.
“Romero no era un obispo revolucionario sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y por tanto de los pobres”, dijo monseñor Vincenzo Paglia, obispo de Terni y guía espiritual de la importante Comunidad de San Egidio. Romero “fue víctima de la polarización política que no dejaba espacio a su caridad y pastoralidad”, reflexionó monseñor Paglia, que es el postulador de la causa de beatificación del mártir.

Thursday, September 1, 2011

Comunicado De La IEPES Ante Caso Jesuitas



La Iglesia Evangélica Protestante de El Salvador, IEPES, a la comunidad nacional e internacional expresamos:
Que somos  una institución basada en la fe cristiana, que desea acompañar eficaz y eficientemente al pueblo salvadoreño en sus demandas para un desarrollo sustentable con paz y justicia social. Proclamando una clara hermandad ecuménica e interreligiosa que contribuya a la construcción de los Signos del Reino de Dios en la Tierra, creando los principios de una nueva civilización pluralista de seres que viven en respeto, amor y libertad.
Entendemos que la denuncia profética es parte de la tarea del ser humano que se reconoce cristiano y una práctica sana para toda la humanidad. Como hijos e hijas de Dios, todas las injusticias que ocurran en el mundo nos incumben y desafían. Es por eso que nos expresamos indignados ante la irreconciliable tolerancia de los actos de lesa humanidad acaecidos durante la guerra civil de nuestro país.
Frente a la resolución del pleno de la Corte Suprema de Justicia, que obliga a dejar libres a los militares inculpados en la masacre de seis sacerdotes de la Compañía de Jesús y dos de sus colaboradoras, en 1989, acompañamos a las autoridades de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y, apoyamos a los magistrados y funcionarios públicos que han cuestionado el fallo de la de la CSJ; porque haciendo uso de sus posiciones como representantes del pueblo, son eco del clamor popular.
Condenamos las medidas que mantienen en zozobra el futuro del sistema judicial y que niegan una reconciliación espiritual plena de nuestra generación y las venideras, y al no ver voluntad ni capacidad política de las autoridades, condenamos la resolución de la CSJ que ignora el artículo 327 del Código Procesal Penal, y exigimos a la Honorable Corte Suprema de Justicia y al Gobierno de nuestro país:
Que se garantice el derecho de las víctimas a buscar justicia, pues el Estado Salvadoreño tiene la obligación de actuar de acuerdo a los tratados internacionales que ha suscrito, apegándose al derecho internacional y no realizando acciones y tomando decisiones políticas que protegen a los acusados.
Que actúen según la ley y que giren la correspondiente orden de captura a los militares solicitados por la Audiencia Nacional de España, asumiendo así su compromiso histórico con el pueblo salvadoreño y actuando a la altura del mismo, el cual exige justicia.
Que se derogue la Ley de Amnistía, la cual impide cualquier juicio para los que planificaron y ordenaron ésta y otras masacres durante la guerra civil, desde ambos lados, ejército y guerrilla.
Que se impulse la participación activa de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, para garantizar la transparencia y asegurar que la población reciba una información verídica del caso y no la información sesgada que se le ha dado hasta ahora.
Así mismo, hacemos un llamado a todas las comunidades religiosas, a todos los movimientos sociales, a los partidos políticos de nuestro país, ONG`S, organizaciones que velan por los derechos humanos a nivel nacional e internacional, estudiantes, campesinos, profesionales, comerciantes, vendedores, ambientalistas, pueblos originarios, artistas y todos aquellos que aun no están organizados a unirnos para impulsar acciones a corto, mediano y largo plazo y demandar la derogatoria de la Ley de Amnistía y la creación de un sistema judicial más justo.
Porque el Espíritu Santo nos une y percibimos que los cambios están sucediendo, alcemos la voz, ejerzamos nuestro empoderamiento y unámonos como una sola fuerza defendiendo la dignidad, la vida, la paz y la justicia social.
¨Iglesia Evangélica Protestante De El Salvador
La Expresión de Fe en Armonía Con la Creación¨ 

Wednesday, August 31, 2011

“Es una decisión que está fundamentada en la mentira”: Rector Oliva


Por Geovani Montalvo
Twitter: @winmontalvo
Tomado de Diario Co Latino.
 
La UCA no puede aceptar moralmente la resolución del pleno de la CSJ que obliga a dejar libres a los militares inculpados en la masacre de seis sacerdotes católicos y dos de sus colaboradoras, en 1989, expresó el sacerdote jesuita Andreu Oliva, Rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA.

De acuerdo a Oliva, la resolución emitida la semana pasada por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) “es una decisión política que no está apegada a Derecho”, lo que desacredita al Órgano Judicial porque favorece la impunidad y pone en tela de juicio su capacidad de administrar justicia en el país.

  “Es una resolución que irrespeta el derecho vigente en El Salvador y el Derecho Internacional. Es una decisión que está fundamentada en la mentira”, enfatizó el rector ante una audiencia que colmó el Auditorio “Ignacio Ellacuría” de la UCA. El Rector Oliva disertó, ayer, en la cátedra de realidad nacional denominada “La masacre en la UCA: análisis y reflexión sobre el caso en la Audiencia Nacional de España”, en compañía del ex rector José María Tojeira y de Benjamín Cuéllar, Director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA).

La máxima autoridad universitaria recordó que la UCA está plenamente dispuesta al perdón pero siguiendo la tradición cristiana y católica del proceso de reconciliación, que implica tres fases ineludibles: La verdad, la justicia y posteriormente el perdón. 

Explicó que “el llamado Caso Jesuitas, en el que siempre han estado presentes e incluidas Julia Elba y su hija Celina, no es para nosotros una cuestión de honor”, no obstante, la UCA quiere que se conozca la verdad y se haga justicia en este y todos aquellos casos en que sea posible hacerlo.

 “Respetamos profundamente el derecho de las víctimas a buscar justicia, derecho por el cual las instituciones de El Salvador tienen la obligación de actuar de acuerdo a los tratados internacionales que ha suscrito, apegándose al derecho internacional y no protegiendo a los acusados”, manifestó.

El 30 de mayo fue girada, por el Juez Eloy Velasco, de la Audiencia Nacional de España, el auto de procesamiento contra 20 militares de la Fuerza Armada de El Salvador por ser presuntos responsables de la masacre perpetrada en la UCA, en la que murieron dos mujeres laicas y seis sacerdotes jesuitas. Esta acción del juez español estuvo acompañada por la posterior difusión roja girada por la Policía Internacional (INTERPOL) contra nueve de los implicados.
Desde esa fecha, “la sociedad salvadoreña ha recibido una información muy sesgada sobre el caso”, según denunció Oliva, y agregó que los medios de comunicación han favorecido los argumentos y las opiniones de los victimarios y sus cómplices, contribuyendo a mantener la impunidad por encima de la verdad y la justicia.

Se argumenta que el hecho ya ha sido juzgado, que ya prescribió, que la Ley de Amnistía impide cualquier juicio, que la Audiencia Nacional de España no tiene competencia y que el caso supone abrir las heridas del pasado.
Oliva advirtió que “la mayor parte de la información y opiniones que se han vertido no responden a la realidad”, sino a la defensa de intereses particulares, “en especial de los que en aquellos años decidieron y planificaron masacres contra el pueblo salvadoreño, cuando su deber era defenderlo, y que hasta la fecha han sido protegidos por el Estado”. 

El rector universitario consideró que la principal objeción que se hace es que el juicio abierto en la Audiencia Nacional española no tiene jurisdicción internacional y que con sus acciones está atentando contra la soberanía jurídica nacional. 
“Los que afirman esto desconocen la existencia del principio de justicia universal y que éste ha sido aceptado por El Salvador”, razonó el sacerdote jesuita. La legislación salvadoreña reconoce este principio de universalidad en el Artículo 10 del Código Penal. 

Recordó también que la Audiencia Nacional de España no hubiera podido abrir el juicio si el caso se hubiera resuelto debidamente en El Salvador y aseguró que tampoco es verdadero que se trata de cosa juzgada.  “Sólo fueron juzgados los autores materiales de la masacre y en condiciones nada favorables para establecer justicia, producto de lo cual, varios de ellos fueron absueltos y los que fueron declarados culpables recibieron una condena que no correspondía con la gravedad del crimen”, planteó. 

A pesar de ello, la UCA y la Compañía de Jesús “como un acto de buena voluntad aceptaron dicho juicio”. Sin embargo, el juez Eloy Velasco consideró que el proceso fue fraudulento y que en consecuencia no es válido. 

Además, los autores intelectuales, “las más altas autoridades de la Fuerza Armada de aquel momento, los que planificaron y ordenaron la masacre, los que en su momento también fueron señalados por la Comisión de la Verdad como responsables de aquel horrendo crimen, nunca han sido sentados en el banquillo de los acusados”. 

En el auto de procesamiento, el juez Velasco confirma la teoría de que se conspiró e instigó para asesinar a ocho personas no combatientes e indefensas, y según Oliva, tiene la razonable sospecha de que esas ejecuciones fueron parte de una operación militar ordenada y dirigida desde el más alto nivel castrense junto con la colaboración civil para su encubrimiento.

 Pese a lo anterior, la UCA no ha promovido ni es parte del proceso que sigue la audiencia nacional española debido a que “nuestro principal interés es que el sistema judicial salvadoreño funcione y que sea capaz de impartir verdadera justicia”.

Otro de los argumentos usados para evitar la justicia ha sido que la Ley de Amnistía libra a los autores de toda responsabilidad. Oliva expresó que “esta afirmación es falsa, pues la misma jueza del tercer Juzgado de Paz consideró que la Amnistía no es aplicable en este caso debido a la sentencia de la Sala de lo Constitucional” del 26 de septiembre del año 2000, que declaró que dicha Ley no cubre crímenes cometidos por funcionarios del mismo gobierno que la emitió. 
Mientras tanto, se  ha dicho también que el juicio de los autores intelectuales de la masacre implica reabrir las heridas del pasado. “Es lamentable y absurdo que quienes afirman esto no sean las víctimas del conflicto armado, sino sus principales autores”, se quejó el Rector de la UCA.

Asimismo, exhortó a no olvidar que el partido ARENA, el entonces Presidente Alfredo Cristiani y el Ejercito sólo aceptaron el diálogo y la negociación como la solución al conflicto hasta que la presión internacional, especialmente después del cese de la ayuda militar de EE.UU., les obligó a hacerlo. 

Planteó que “la heridas de las víctimas y las de sus familiares siguen abiertas porque la sociedad salvadoreña no ha hecho nada para curarlas y cerrarlas. No se han pensado ni buscado caminos de reconciliación”. 

Defendió que la amnistía, que fue precipitada en el tiempo y en su enfoque, no hizo desaparecer la cultura de la impunidad, sino que la reforzó. E indicó que durante años esto ha hecho intocables a los poderosos y les ha facilitado seguir acumulando riquezas y poder.

 “Que los principales responsables reconozcan con humildad sus delitos y pidan perdón por ellos a las víctimas y a la sociedad entera, serían pasos trascendentales para iniciar  el proceso de cerrar las heridas que siguen sangrando en miles de salvadoreños y salvadoreñas”, concluyó el sacerdote y rector Oliva.

José María Tojeira, religioso jesuita y ex rector de la UCA, reforzó la idea de la verdad, justicia y perdón. “La verdad es el derecho más básico de las víctimas y la sociedad”, expresó durante su intervención.

De igual manera, resumió que sin la verdad no es posible la justicia y la reparación, así como no es posible el desarrollo de una sociedad libre y democrática, y es el único camino para romper con la impunidad y reconstruir el tejido social salvadoreño.




Monday, August 29, 2011

Magistrados y Viceministro de Seguridad deslegitiman fallo que favoreció a militares


“Si vamos a esperar semanas tras semanas, se puede perder el rastro del sospechoso. También nos aleja de resultados positivos en la persecución policial y de justicia.”
“Esperaríamos que esto se aclare, porque sería una puerta para que los narcotraficantes y el crimen organizado se aprovechen de estas puertas.”
Henry Campos,viceministro de Justicia y Seguridad
Por Duglas Gonzalez.
Tomado de La Pagina.

El magistrado de la Sala de lo Constitucional, Florentín Meléndez, y la magistrada de la Sala de lo Civil, Mirna Perla, discreparon hoy por el fallo emitido hace poco más de una semana sobre el caso de los militares retirados vinculados al crimen cometido en el campus de la UCA en 1989.

Mis colegas no aplicaron el artículo 327 del Código Procesal Penal que claramente dice que las ordenes de difusión roja que venga al país equivalen a una orden de captura, aun sin orden judicial”, declaró Meléndez.

Para el magistrado constitucionalista “El Salvador está obligado a cumplirlo de acuerdo a lo suscrito en convenios internacionales (porque) en este caso en un convenio con la Interpol”. 

Asimismo, la magistrada Perla declaró que “estamos conscientes que esto fue una mala señal, fue un error porque el país ha quedado mal a nivel internacional”. 


Viceministro de Seguridad cuestiona fallo jesuitas.

Por Jessica Avalos.
Tomado de La Prensa Grafica.

El viceministro de Justicia y Seguridad, Henry Campos, cuestionó ayer el reciente fallo emitido por el pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que rechaza la detención de nueve militares que tienen difusión roja de la Policía Internacional (INTERPOL) por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradores, en noviembre de 1989.
Me preocupa de esta resolución la poca claridad y la poca obediencia a una ley que establece que las difusiones rojas implican no solo localización, sino también captura”, opinó el funcionario.
Campos, quien fungió junto a Sidney Blanco como fiscal del caso, cree que el criterio que usó Corte Plena en ese fallo, criterio que arguye que una difusión roja solo sirve para localización y no para captura de requeridos por la justicia, puede servir de rendija para que delincuentes circulen impunes en el país.
Esperaríamos que esto se aclare, porque sería una puerta para que los narcotraficantes y el crimen organizado se aprovechen de estas puertas, porque habría que esperar que la Corte se pronuncie y pasen tres semanas mientras los delincuentes pueden estar en el país con toda tranquilidad con una difusión roja”, consideró.
Campos cree que la resolución de la Corte también sienta un mal precedente, porque diferentes tratados internacionales hacen alusión a las difusiones rojas como órdenes de captura y no como órdenes de localización.
Pueden pasar semanas tras semanas y se puede perder el rastro del sospechoso. Nos aleja de resultados positivos”, opinó el viceministro, quien cree que la decisión tomada la semana anterior por 10 magistrados también puede afectar las solicitudes de extradición que el país haga a otros países
Una consecuencia técnica, una consecuencia jurídica que se puede alegar es el hecho de la reciprocidad. Es decir, que el país receptor de la alerta se niegue a capturar”, agregó el funcionario.
Existen al menos 11 difusiones rojas contra salvadoreños originadas desde cuatro países distintos en el sistema público de INTERPOL. Y son cerca de 30 casos de extradición, algunos hechos por otros países y otros que está gestionando El Salvador, los que están pendientes de resolver en la Corte Suprema de Justicia.
La presidenta de la Sala de lo Penal de la CSJ, Rosa María Fortín, explicó este sábado a LA PRENSA GRÁFICA que con el fallo del caso jesuitas no han cambiado jurisprudencia para favorecer a los militares, porque la Corte nunca ha ordenado detener a nadie sin tener antes una solicitud formal de extradición.
Para el viceministro de Justicia, son incongruentes las explicaciones que han dado los magistrados sobre la decisión tomada, porque sí existen casos donde primero se ha procedido a la captura y luego a procesar la extradición.
No hay una unanimidad en los criterios. He escuchado a dos magistrados, pero ambos manejan versiones diferentes. Esperaría claridad en cuanto a sus expresiones”, reclamó.
Campos recordó, además, la penúltima decisión tomada por el pleno de la Corte, hace aproximadamente tres meses, cuando determinó que primero debía procederse a la captura de dos militares guatemaltecos que estaban en el país, para luego iniciar el proceso de extradición hacia Estados Unidos, donde los requerían por los delitos de narcotráfico.
El viceministro de Justicia consideró que para resolver si procedía o no la captura de los nueve militares requeridos por España los magistrados de la CSJ debieron abstenerse a cumplir con lo que dicta el Código Procesal Penal que manda a capturar con difusión roja. “El Código Procesal Penal prevalece sobre la opinión de cualquier persona”, concluyó Campos.

Jesús, el primer indignado


Por Carlos Abad.
Tomado de la Nación.

A partir de una vivencia muy cercana, reflexioné sobre la suerte de algunos jóvenes de hoy.  Éste a quien me refiero -como tantos, tiene dos carreras, posgrados, cuatro idiomas- sufre un paro cardíaco en Londres. Situación dramática con final feliz, ya que la alta calidad de la prestación de seguro de salud, la pronta asistencia, la salud general del muchacho, en resumen, la conjugación de todos estos elementos, permitieron que atravesara esta situación crítica y la superara.
Conversando con sociólogos, médicos y psiquiatras, me notificaron que son cada vez mayores los episodios y cuadros cardíacos, la frecuencia de accidentes, aneurismas cerebrales, muertes súbitas y problemas con el alcoholismo y las drogas que sufre este grupo etáreo. Contradiciendo a Rubén Darío, no están en la época de “juventud divino tesoro” sino que están atravesando momentos muy difíciles, de enorme desconcierto y mayor tristeza.  La promesa del progreso se ha alejado y está siendo interrogada.
El enorme esfuerzo por capacitarse y cualificarse no encuentra recompensa en el plano de la inserción laboral y su respectiva remuneración. Hablo de chicas y muchachos capacitados, con estudios superiores, formados en centros de calidad. Por mencionar solamente los cinco millones de desocupados en España, las decenas de miles en toda Europa de indignados y de cifras con muchos ceros para nombrar a los desilusionados del mundo.
 La mayoría de los indignados que tomaron hace poco tiempo plazas y calles no son sólo albañiles sudamericanos u obreros sin oficio claro: hay muchos graduados valiosos , con varias carreras y especializaciones que cuando se presentan para un trabajo les recomiendan que vayan con menos curriculum, con menos antecedentes porque no van a poder conseguir una plaza.
¡Como para no indignarse!
Qué paradoja, qué contradicción, cuántos cambios desde aquel sueño de principios de siglo XX de “mi hijo el doctor”, el esfuerzo programado para el ascenso social, tanto apremio para estudiar cuando a veces se proviene de familias sin instrucción que se esfuerzan para acompañar ese salto necesario para superar a la generación anterior y crecer; pero que hoy desmiente todo ese ritual del empeño, que termina coronado con mujeres y hombres que no pueden alcanzar sus objetivos, que solo reciben incomprensión social.
En los últimos años en Europa y en España en particular, no figuraba como prioridad el tema del empleo, el primer trabajo, la construcción de opciones laborales, se hablaba en forma recurrente de casamiento homosexual, el tema del aborto y un fuerte énfasis en el tema de la igualdad y llamativamente estos temas de respetuosa consideración ocupaban la casi totalidad de la pantalla, mientras que los temas vinculados al pan y al trabajo aparecían lateralizados, omitidos, fuera de escena. Una obscenidad, etimológicamente: obsceno, fuera de escena.
 Por eso cobró tanta notoriedad Indígnense, el libro del pensador francés Stéphane Hessel , de 93 años, un viejo miembro de la resistencia francesa contra los nazis que luego fue designado embajador y participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que invita a los jóvenes a indignarse ante el estado actual del mundo, a rebelarse ante el poder de los mercados financieros, las desigualdades, las injusticias.
 Frente a este cuadro de situación, vino a mi mente una imagen conocida y es cuando Jesús echa a los mercaderes del templo . Sucedió en Jerusalén al ver que una multitud de devotos se acercaba a ofrendar en las grandes celebraciones religiosas en Israel y traían consigo distintos bienes, los cuales eran permutados por monedas como gratitud y honra a Jehová.
Jesús percibe que este ritual honrado, virtuoso, de llevar al templo las mejores mercancías, se había desvirtuado, profanado, adulterado.
Jesús nunca se enojó con los comerciantes de los mercados de Samaria, de Galilea, de Judea, jamás. Jesús valoraba a quien trabajaba -su propio padre era carpintero-, respetaba el fruto obtenido con el esfuerzo, el fruto de la labor diaria. Pero se indignó con los mercaderes abusivos que se aprovechaban de la unción de los feligreses para obtener cuantiosas ganancias.
 ¿Cuál es el paralelismo con lo que sucede en 2011 en Occidente? Pues en la actitud de Jesús cuando expulsa a los mercaderes del templo irrumpe el Primer Indignado.
En San Juan 2 (Jesús purifica el templo, Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46) leemos:
Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
Semejante lo expresa San Lucas 19, Purificación del templo, Mt. 21.12-17; Mr. 11.15-19; Jn. 2.13-22): Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y ompraban en él, diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
 Estas son democracias de mercado, sociedad de mercados donde lo que prima es el precio.  Cómo no indignarse y sumar su voz a la de Jesús indignado: “No hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado, cueva de ladrones.”
Hoy está más vigente que nunca, como decían los mayores en la época de Jesús en un tradicional refrán del Medio Oriente: “El ojo nunca se sacia”. Hay que maximizar las ganancias es el credo de las principales universidades económicas del mundo. Hay que ganar más y más y más sin respetar la ecología, sin respetar las leyes de la naturaleza, sin respetar la salud de las personas.
 Cuando EEUU vive la catástrofe económica del 2008 tan grave en la cual se evaporaron 800 mil millones de dólares y el estado sale a rescatar a estas instituciones financieras, un error de Wall Street termina repercutiendo en las familias comunes y trabajadoras de cualquier punto del planeta.
No solamente que son rescatados, sino que lo primero que hacen sus ejecutivos, además de cobrar los bonus y los premios, es echar a los que menos ganan. Las cifras cantan desproporciones indignantes: en la mayoría de las empresas entre el número uno de la compañía y el que menos gana es mil veces a uno, tres mil pesos sobre tres millones. Son expulsados los más débiles.
 Qué parecida a la escena bíblica de Jesús de Nazareth donde las sociedades abandonan lo sagrado, la ley, la verdad y el valor cívico por el dios supremo de la transacción. A cualquier precio: hay que tener mucho, pronto, rápido cueste lo que cueste.  Esto enseñan en los principales pizarrones y reproducen en las magistrales clases de las más prestigiosas facultades de las capitales.
Días pasados escuché de un politólogo una conversación que se le atribuye a Lula con el presidente Obama y un grupo de colaboradores en la que el brasileño dijo respecto de la crisis de fines de 2008: “Esto lo armaron rubios de ojos celestes”. Se refería con su marcada ironía a que los más capacitados salidos de las mejores universidades del mundo articularon esta catástrofe.
 Hablan de crisis pero a mí me gusta hablar de asesinato económico.  Dictadores africanos y latinoamericanos, líderes crueles serbios, malvados de calañas varias están convocados a los tribunales de La Haya, pero los asesinos económicos no están en el banquillo, esos señores elegantes y cultos, autores de esta masacre, no son condenados. Y nuestros jóvenes los sufren con indignidad.
¿Dónde está el dinero? El dios dinero es hoy el único dios absoluto.
¿Por qué tanta indignidad? ¿Por qué permitir el secuestro de las ilusiones, la tortura de la esperanza, la desaparición de los sueños?
No más profanación. Es hora de devolvernos la libertad de sabernos gobernados por humanos, no solo por mercaderes siglo XXI.
 El planeta, los jóvenes, la naturaleza, claman con dolores de parto una nueva redención al decir de San Pablo.  Indignados, incomprendidos, expulsados, agraviados, como Jesús de Nazareth, llevan su cruz en esta sociedad ciega al futuro.
Tal vez estemos a tiempo de apartar la mala hierba y dejar que el trigo de la buena semilla germine. Que un mundo de valores se imponga a uno de precios.

 
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